Grazia Deledda habla en Cañas al viento de tantas plantas, que es una delicia para los amantes y curiosos de la naturaleza, en este caso de Cerdeña. Esta novela llega a todos los sentidos pues también los sonidos de la naturaleza, de la múscia de la gente de los pueblos, sus fiestas y ceremonias son algo cotidiano como la vista de las montañas que ocultan el mar.